Seguro que muchos habrán escuchado que una buena
alimentación mejora la salud del cerebro pero quizá nunca se han preguntado por
qué.
¿Como te sientes cada mañana al despertar?
Puede que tu mente esté muy despejada y puedas tomar decisiones con facilidad.
Quizá te preparas rápidamente con la ropa más adecuada y
tienes claro que vas a tomar de desayuno y que cosas prioritarias vas a hacer.
En cambio, otras personas tienen muchas dificultades para
avanzar sin que se les vuele el tiempo y realizan exceso de movimientos en
falso, entremezclando tareas que acaban convirtiendo sus mañanas en una batalla
campal.
Pero…¿es posible que comer mejor te pueda hacer más listo y
productivo?
El cerebro humano está formado por millones de células
llamadas neuronas, que se comunican entre ellas mediante mensajeros químicos,
los conocidos neurotransmisores (serotonina, dopamina o noradrenalina), formados
fundamentalmente por aminoácidos de proteínas.
Al liberarse estas sustancias en tu cerebro se producen
efectos en otros órganos del cuerpo.
Hay algo importante:
Cada uno de nosotros podemos impulsar u obstaculizar el funcionamiento de
nuestro cerebro en función de nuestra alimentación.
Tu dieta, lo que comes a diario, siendo sano y equilibrado,
puede influir de manera directa a levantar el humor, el rendimiento mental y la
energía.
La cafeína que puedes tomar a diario en cafés, bebidas o
suplementos, puede mejorar la atención y el rendimiento. Por otro lado, el
exceso de este excitante puede generar el efecto contrario, al irritar el
estómago y acidificar la sangre, volviéndonos más vulnerable al estrés.
Si llevamos una dieta muy pobre en azúcares
(complejos) o nos saltamos comidas, podemos disminuir la glucosa en sangre
mermando nuestro rendimiento mental
Una dieta balanceada con proteínas (carne, pescados,
huevos), hidratos de carbono (cereales completos, verduras, frutas) y grasas
saludables, nos ayudará a mantener estables los niveles de azúcar en
sangre mejorando la concentración y funcionalidad diarias.
Hay estudios que muestran que en el cerebro se puede ver
reflejada la calidad de cómo se alimenta una persona. Por ejemplo, tener grasa
acumulada en el cuadro superior del cuerpo puede dañar las neuronas y ser
indicativo de inflamaciones.
El cerebro se compone de un 70% de grasa y por ello es muy
importante tener un control sobre que las que ingerimos en las comidas y la
proporción de ellas. Generalmente pecamos de consumir muchas grasas saturadas o
animales, también hidrogenadas (típicas de pollería, comida rápida, etc.) y
menos grasas provenientes del pescado, los frutos y semillas o las
aceitunas.
Alimentos ricos en
ácidos grasos Omega 3, proteínas, vitamina B, antioxidantes, hierro e hidratos
de carbono pueden incrementar nuestro ánimo, nuestra memoria, etc.
Realizar algún tipo de ejercicio físico
regularmente aumenta el flujo de sangre en el cerebro mejorando esta habilidad.
Y tú ¿tienes algún alimento que te ayude a pensar mejor?
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