jueves, 28 de agosto de 2014


LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Cuentan que vivían en el campo un labrador con sus dos hijos. Estos se llevaban muy mal y andaban siempre peleando. Vivían en discordia y desunión. Las llamadas de atención del padre eran inútiles para hacerlos cambiar, por lo que decidió darles una lección a través de la experiencia.
Un buen día, el labrador llamó a ambos hijos y les dijo que llevaran un manojo de varas. Los dos jóvenes se presentaron las varas y él se las dio en haz y les dijo: “Ahora que tienen las varas en haz, rómpanlas”. Los esfuerzos de ambos chicos fueron en vano. El labrador deshizo el haz y les dio las varas una por una. Ellos las rompieron con mucha facilidad.
“¿Ven?”, les dijo el padre. Ustedes son iguales que estas varas. Si permanecen unidos serán invencibles ante otros factores; pero si cada uno toma su propio camino y andan separados, serán vencidos fácilmente.

Reflexión:

Así como dice el viejo dicho: “La unión hace la fuerza”, tenemos que recordar que vivir aislados en este mundo nos hace frágiles y no podremos lograr grandes cosas. ¿Qué tal si trabajamos por unir a nuestras familias, amigos, a nuestros colaboradores para lograr ambientes rodeados de armonía y productividad?

lunes, 25 de agosto de 2014

NAUFRAGO

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar.

Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse y almacenar sus pocas pertenencias. Entonces, un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, regresó a su casa sólo para encontrar su cabañita envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido: lo había perdido todo. Quedó anonadado de tristeza y rabia: «Dios mío, ¿Cómo pudiste hacerme esto?» se lamentó.

Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el ruido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.
— ¿Cómo supieron que estaba aquí? – preguntó a sus salvadores.
— Vimos su señal de humo – contestaron ellos.
La próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, recuerda que puede ser la señal de que la ayuda y gracia de Dios viene en camino.

viernes, 22 de agosto de 2014


Huellas

Cierta noche un hombre tuvo un sueño. Soñó que caminaba en la playa con Jesucristo.

A través del espacio pasaban escenas de su vida.En cada escena se dejaban ver dos pares de huellas sobre la arena…Un par de huellas eran las suyas, el otro par eran las de Cristo.
Cuando la última escena de su vida pasó ante sus ojos volvió la vista a las huellas sobre la arena…Notó que muchas veces en la senda de su vida había solo un par de huellas. Notó además que esto sucedía en los momentos más tristes de su vida.
Se propuso preguntar al Maestro. "Señor, cuando decidí seguirte, Tú también me prometiste caminar conmigo por todo el camino; pero he notado que en los pasos más difíciles de mi vida, solo se dejaban ver un par de huellas. No comprendo por que, en los momentos en que mas te necesitaba, me abandonaste."
El Señor contestó: "!Mi amada y preciosa criatura! te amo infinitamente y nunca jamás te dejaré en tiempos de tribulaciones y sufrimientos. Donde ves en tu senda solo un par de huellas, son las mías cuando te llevaba en mis brazos."
Recuerda que Dios te acompaña en cada minuto de tu vida.

jueves, 21 de agosto de 2014


EL AGUILA Y LA TORMENTA

¿Sabías que un águila sabe cuando una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?

El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán. Cuando llega la tormenta, Extiende sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.
El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta.
Cuando las tormentas de vida nos vienen – Y todos nosotros vamos a pasar por ello, Podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe en Dios.
Las tormentas no tiene que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia, y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.
Recuerda, no son los pesos de la vida que nos lleva hacia abajo, sino el cómo los manejamos, cada uno de nosotros es capaz de manejar la situación previniendo y volando sobre la tormenta.